Crónica de mi encuentro artístico con Antonio García Villarán y artistas mentorizados
Juanjo Ortubia, María Álvarez, Kristen Wicce, Guadalupe Mata, Carmen Sáez, Antonio García Villarán, y yo en su estudio.
Hoy hace ya una semana de mi encuentro con Antonio García Villarán y el resto de artistas que hemos tenido la suerte de ser mentorizados de forma gratuita, dentro de su curso “Cómo vender tu arte en internet”. Como la historia de las mentorías, cómo fuimos seleccionados, lo que hemos aprendido en estos más de dos meses intensivos de mentorías da para otro artículo de mi blog, quiero contarte la historia por el final, por el fin de semana que hemos pasado juntos y el día completo que compartimos con Antonio, el resto, lo dejamos para otro día. Ve al frigo a por algo fresquito o hazte un té, un café, o lo que más te guste, te aviso porque este es un artículo para saborearlo sin prisa, quiero que saborees cada palabra.
Esta reunión fue la última mentoría con Antonio, pero también es un nuevo comienzo, una nueva fase en mi carrera artística y la de mis compañeros, que ahora son amigos. En este proceso de crecimiento ha sucedido algo que parecía difícil, ¡todos los artistas hemos vendido obra!, yo he vendido mi serie héroes completa, y otra obra suelta de uno de mis dragones al estilo sumie, sumando un total de 12 obras que ya tienen un nuevo dueño que las está disfrutando en las paredes de su despacho. Pero de técnicas de venta o hablar de cómo lo hice no va el artículo, también me lo reservo para otro momento. Ahora sí, te cuento toda la experiencia, los consejos recibidos, las sensaciones que he tenido, lo aprendido impartiendo mis talleres de sumie, lo que hicimos, y cómo creo que este encuentro es un antes y un después en mi carrera artística, y en mi vida.
Día 1, el viaje de ida
Como sabes, soy de Murcia, y tras sacar cuentas, vi que la mejor idea era ir en avión desde Alicante a Sevilla, donde quedamos todos con Antonio en su estudio. Como curiosidad decirte que el avión estaba lleno, y el aterrizaje fue épico, nada más aterrizar nos pusieron la canción “High way to hell” de los AC/DC que tocaban ese finde en Sevilla e invadieron la ciudad. La noche del viernes la pasamos mis compañeros Juanjo Ortubia y Kristen Wicce en una casa del centro, donde cada uno teníamos reservada una habitación. Antes de ir a dormir, Juanjo me dio mis llaves y uno de sus abrazos tan codiciados, Kristen por su parte, hacía bien, estaba ya durmiendo y reventada del día que se pasaron de turismo por Sevilla.
El calor de esa noche fue increíble, pero no me resultó muy chocante, hacía la misma temperatura que en mi ciudad, pero esto no hizo que la gente se quedara en casa, la calle a la que daba mi balcón era un no parar, recuerdo toda la noche escuchando pequeños fragmentos de conversaciones, con el ventilador de techo al máximo y los nervios de saber que al día siguiente conocería al resto de compañeros. A Antonio tuve la suerte de conocer en su exposición Vanagloria en Madrid… pero eso es otra historia que quizás te cuente otro día, luego te adelanto una foto.
Día 2, el encuentro de artistas
A la mañana siguiente, y tras una ducha fresquita conocí a Kristen Wicce, y los tres nos intercambiamos regalitos, Juanjo nos dio una obra original seriada a cada uno y Kristen unos caramelos de violetas típicos madrileños, yo les preparé unos prints exclusivos, de los que vendía en las ferias manga y ya no he vuelto a hacer, por ahora sólo vendo obra original en mi galería de arte. Así se llevaron un print en A4, un marcapáginas, una postal de uno de mis dragones y una chapa de Loperakun Art que suelo dar en mis talleres de sumie, por sus caras, creo que les encantó. Luego desayunamos y, ¡al estudio de Antonio!
Tras un camino interesante por los dorados campos de Sevilla, por fin llegamos al estudio de Antonio, la emoción del camino, la “clandestinidad” de ir a un lugar que muy pocos saben donde está, y la alegría de compartir primeras impresiones fueron únicas. Cuando al fin dimos con el portal, no sin antes preguntar a una vecina si sabían dónde vivía un tipo alto, con el pelo largo y perilla trenzada, salió Antonio, nos abrió las puertas de su estudio, y ya la emoción se desbordó, empezamos a darnos todos, besos, y abrazos, a saludarnos, a ver si éramos más altos, bajos, rubios, morenos, pelirrojos o lo que fuera. Sucedió algo peculiar, éramos como un grupo de amigos de toda la vida que se reencontraban, no extrañamos nada, nos “desvirtualizamos” siendo los mismos, nuestra esencia no cambió y lo divertido del momento era, saludarnos, y vernos cara a cara sin una pantalla delante. Más de dos meses de videoconferencias en las mentorías e innumerables horas en nuestro chat de Whatsapp habían hecho su efecto.
Qué alegría teníamos todos, cuánto respeto y admiración los unos por los otros, y cuánto compañerismo. Al contrario de lo que suelen decir de los artistas que somos uraños, muy en nuestro mundo, sin ganas de contar técnicas, cómo hacemos nuestras su obra o porqué, sentí que nosotros éramos todo lo opuesto, necesitábamos contarnos experiencias, motivaciones, trucos, secretos, consejos… éramos, como más tarde diría Carmen, compañeros de Bellas Artes con otras caras. En mi caso, yo no hice Bellas Artes, estudié Derecho, pero en la actualidad estoy a mitad del Grado en Artes por la UOC y, aunque tengo contacto con algunos compañeros, no he tenido tanta relación como con mis compañeros de mentoría. El sueño, se materializó en ese momento mientras Antonio nos enseñaba su estudio, sus obras, su set de grabación, sus caninas, el precioso trono negro de su futuro castillo en el que todos nos hicimos una foto… yo me sentía como si estuviéramos en un parque de atracciones, el estudio era el Disneyland del arte.
Antonio tuvo la amabilidad de explicarnos cada cuadro, las colecciones que allí tenía, su huerto, estrujamos, acariciamos y mimamos a su perrita Indra que es tan nerviosa como buena (ojo con los saltos que pega, puede dar un “jab” directo en toda la nariz… si no, que le digan a María). De sus obras recuerdo con especial cariño la canina de su curso de cómo pintar al óleo, que hice en su academia Crea 13 y del que tanto aprendí, su obra “La virgen del agua”, que si tuviera dinero creo sería la obra que compraría sin dudarlo, y un sin fin de rincones que conocía desde que mostró por primera vez en su canal de Youtube su estudio bautizado por el mismo Antonio como “Vrindavan”, localidad de la India donde ha realizado ya un par de viajes.
Una vez en el estudio, conocimos al equipazo de Antonio, Irene Guerrero Marciano y Francisco José García Arránz, que más tarde nos grabarían para crear varios vídeos, uno para el canal de Youtube de Antonio y para el alumnado de su curso de ventas para artistas. Pero eso pasó en otro lugar, aquí vino de nuevo algo inesperado, sabíamos que Antonio llevaba meses trabajando en un nuevo estudio, un espacio más amplio diseñado para exponer de una forma más amplia sus obras de gran formato, y para tener en el futuro varios espacios con diferentes usos, como una zona para meter un horno y hacer cerámica, otro para la escultura, y otro para la pintura, y allí es donde nos llevó cuando dijo, “¡venga!, ¡vámonos al otro estudio a grabar!”, y yo que creía que el nuevo estudio era una obra que estaba haciendo en el mismo terreno, me veo montándome en el coche de Francisco, ¡el estudio estaba en otro lugar! Allá que fuimos.
Enseguida llegamos al nuevo estudio, otro espacio increíble, su ejército de gatos estaba por todos lados, los gallos parecían saludarnos con su cantar, y los pájaros piando eran la melodía de fondo que nos acompañó durante todo el día. Serían las 11:00h. de la mañana, quedaban 12 horas por delante de experiencia, pero eso aún no lo sabíamos…
Cuando bajamos del coche, seguimos flipando, llegamos a un espacio súper interesante, nos mostró la bodega, donde a parte de buen vino, había bellas obras de arte, algunas inéditas realizadas en colaboración con su amigo, compañero de Bella Artes y de estudio, Paco Valera, que se unió a la reunión más tarde corriendo hacia nosotros, cazamariposas en mano, y gritando, “¿dónde están los artistas?, ¡he venido a cazar artistas!”, nos reímos muchísimo con él y compartimos muchos “secretos” de artistas contemporáneos y del pasado.
Otro de los espacios que visitamos fue su gallinero, no sé cuántas gallinas y gallos tienen, sólo sé que la tortilla de patatas que hizo la madre de Antonio para comer con sus huevos estaban espectaculares, y que es normal que le inspiren tanto, sus colores, tonalidades, anatomía y plumajes cambiaban de uno a otro, fijándote un poco era muy fácil darse cuenta que cada gallina y cada gallo eran una obra de arte de la naturaleza única, mola tanto el nuevo estudio, que hasta un gallo de la zona se había colado para vivir allí.
Y llegamos a la joya de la corona, el estudio, qué decir de este espacio, era como entrar a una galería, me trajo recuerdos de su exposición Vanagloria, allí pude ver cuadros conocidos, retratos en tablilla, sus retratos expresivos y mucha obra de gran formato, en serio, el arte en las redes sociales y en las pantallas se disfruta, pero nada como tener una obra de arte colgada en la pared, ver las pinceladas, el grosor de las mismas, el gesto, las tonalidades reales, es una experiencia indescriptible, todos flipamos, unos por ver la obra de Antonio por primera vez, y yo, por tener la tremenda suerte de verlas por segunda vez. Además, es la mejor manera de apoyar el trabajo de un artista y de dar alma a tus espacios, si quieres hacerte con algo especial, algo único e irrepetible, te invito a coleccionar mi arte aquí.
Una vez allí, acribillamos a Antonio con preguntas sobre sus materiales, pinceles, procesos de trabajo, eso era un hervidero, nuestras cabezas no paraban y cuando surgían conversaciones paralelas, querías estar atento a lo que se hablaba en el corrillo de al lado para no perderte nada, como dije a mis compañeros, “teníamos que hacer muchas fotografías mentales y grabar cada momento, cada palabra a fuego”, creo que esa es la razón por la que llevo toda la semana haciendo memoria, anotando cada consejo en mis notas, y también es el gran motivo por el que estoy escribiendo este artículo, me da igual que creas que es largo, sinceramente, lo estoy escribiendo para guardarlo como un tesoro, y como un regalo para mis compañeros, Antonio, y a todos los artistas que allí nos juntamos. Tenlo claro, si has llegado hasta aquí, te toca acabarlo, quedan muchos tesoros que contarte.
Y llegó el momento, el de hacer un vídeo para el canal de Youtube de Antonio, piensa que tiene la friolera de un millón cuatrocientos treinta mil seguidores, te lo pongo en números para que lo retengas bien en tu cerebro, 1.430.000 suscriptores que nos verían, que iban a estar atentos de cada palabra que dijéramos, de cada gesto, de cada acierto y cada posible error, pero no sólo por un día, sino para siempre… sin presión, montamos el set de grabación y ya estábamos listos para dar nuestro testimonio. No sufras, abajo te pondré el enlace directo al vídeo, pero antes, termina de leerme que viene la crema. Tras grabar el vídeo para su canal de más de media hora contando nuestros inicios, primeras ventas y nuestra biografía, pasamos a grabar otro vídeo más extenso con consejos sobre cómo vivir del arte, que sólo está accesible como material en la sección de mentorías del curso de Antonio (ya me lo he visto tres veces, por cierto).
Con los nervios fuera, contentos por el trabajo bien hecho, y salir airosos de las preguntas que nos hizo Antonio, y que no sabíamos que nos haría, tocaba relajarse, disfrutar de los alfajores argentinos que trajo Guadalupe, del vino de María que Antonio nos guarda en su bodega para la próxima visita, y pasar a disfrutar el banquete al que nos invitó en su propia casa. Carmen aprovechó y nos dio semillas de girasoles holandeses, y postales impresas con su arte, ya no tenemos escusa para practicar el estilo de Van Gogh.
Justo en la entrada al estudio hay un gran porche, donde dimos de comer a sus gatos y acudieron en manada, allí comimos también nosotros y pasamos parte del día entre risas, anécdotas y experiencias. El menú, al que nos invitó Antonio y elaboró con mucho amor su madre, como Kristen indicaba en su blog, era de escándalo, dos tipos de gazpachos, la famosa tortilla de patatas, carne mechada, aceitunas riquísimas, una limonada casera fantástica, una empanada enorme y un vino blanco de rueda fresquito que maridaba de lujo con la conversación. Aquí fue cuando Paco Valera se unió a la fiesta, lo demás es historia.
Tras la comida, el calor aumentó, entramos al estudio, montamos las mesas, encendimos el aire y allí estuvimos toda la tarde y parte de la noche, hablamos de arte, de lo que estábamos haciendo bien, de nuestras mejoras, de nuestras carreras, de lo que queríamos hacer a partir de ese momento, de nuestros sueños, metas y de posibles colaboraciones futuras. Antonio, en un momento concreto de la tarde, me comentó de escribir su biografía, como lo llevo siguiendo muchísimos años, me sabía cada chascarrillo, los títulos de sus obras, sus anécdotas y millones de cosas que ni yo mismo era consciente… me parecía muy divertido, era como estar jugando al Trivial de Antonio García Villarán cada vez que decía, “¿pues sabéis que justo en esa escultura que comentáis Antonio se inspiró para hacer uno de sus NFT’S?”. Ahí está el proyecto en el tintero, la idea sería pasar varios días con él, entrevistarlo, grabar conversaciones, recoger todo el material, y a partir de ahí, ordenarlo y comenzar a escribir… nunca he escrito un libro, aunque sí una tesis doctoral de setecientas y pico páginas, aquí tendríamos que abreviar, vaya tocho, si lo hacemos, os avisamos.
En estas horas de tertulia artística, dimos un repaso a nuestros progresos, y pedimos opinión sincera a Antonio sobre nuestra obra. De todo lo que hablamos, voy a compartirte los consejos que nos dio a unos y a otros, o a todos en general, y que sin duda van a ayudarme a mi, y a cualquiera que quiera dedicarse al arte. A mí, entre muchas otras cosas, me comentó que era muy zen, que daba paz cuando hablaba y que enganchaban mis vídeos, y es verdad, siempre he sido una persona de paz, de consenso y de generar buen ambiente, y eso se nota en los cursos de sumie que imparto. También nos dio una “MasterClass” sobre el mantel de la mesa, donde todos nos pusimos a dibujar y a bocetar, fue un momento revelador, casi alquímico.
Te cuento de forma muy resumida las conclusiones a las que he llegado y las reflexiones que hago sobre sus palabras y consejos, he escrito siete páginas en mi cuaderno, pero no sufras que te lo resumo:
- Tenemos que seguir trabajando con el dibujo como base de todo, sin dibujo, no hay forma, no hay estructura y las obras “se caen”, con el dibujo podemos pasar de una línea sinuosa a otra quebrada y generar infinidad de momentos que dejen huella y marquen la diferencia.
- Investigar más en cada obra, con esto quiso decirnos, que no vale con dibujar lo primero que se nos pase por la cabeza, no está mal hacerlo, pero no siempre, si nos interesa un tema, tenemos que leer sobre ello, buscar vídeos, imágenes, conocer cómo han afrontado el tema otros artistas… es la única manera de agregar valor e interés a nuestro arte. Precisamente el 26 de junio lanzo mi nueva serie de dragones, y estoy investigando muchísimo para desarrollar ideas interesantes y mejorar la conceptualización de cada obra. Si quieres saber más, date de alta gratis en mi newsletter y se parte de mis VIP, te enviaré el catálogo de la serie antes que nadie para que puedas coleccionar las obras en preventa y ver fotos en detalle y alta calidad.
- Pensar en la composición de la obra es más que necesario, esto da dinamismo, sensación de movimiento, de peso, de equilibrio, de velocidad, y un largo etcétera. Tenemos que pensar en el soporte de neustra obra como en un fotograma de un universo, es decir, no tiene por qué estar todo centrado en esa dimensión formada por los lados de nuestro lienzo, esas líneas pueden delimitar algo, pero cortarlo por los laterales, por arriba, por abajo y hacer aparecer o desaparecer el tema, todos esos infinitos juegos, añadirán interés a al obra. Hablando sobre esto con Guadalupe al día siguiente, se me ocurrió realizar un tríptico de dragones, en los que cada uno tendría una pose y la cabeza miraría a diferentes lugares, os lo comparto pronto.
- Si dentro de una obra destacamos un momento, un punto, una parte del rostro, o una zona, estamos concretando y llamando la atención al espectador en eso en concreto. Es por ello que no es necesario que siempre esté toda la obra totalmente definida, imagina para ver esta idea que usáramos un objetivo fotográfico y enfocáramos una parte y desenfocáramos otra.
- Tenemos que dejarnos llevar a veces por la emoción, por la inmediatez, por el impulso, pero teniendo en mente algo que queramos decir, si no, será vacío el mensaje, aunque pueda la imagen impactar, perdurará menos en nuestra memoria esa obra.
Otro de los momentos que recuerdo con mucho cariño fue cuando, con ojos vidriosos, Antonio comentó al grupo que yo siempre había estado allí, en su época de Twitch, cuando fui una de las trece personas que durante veinticuatro horas estuvimos dibujando sin dormir en su reto llamado “Vrindafest“, cuando visité su exposición Vanagloria y saqué la entrada con visita guiada por Avelina Lésper, comprando sus primeros NFT, viendo sus vídeos desde el año 2017, o haciendo sus cursos online como el de realizar un libro de artista, dibujar un rostro, un cuadro al óleo, el de composición, los de pintura sumie de Yano Yoro… yo le contesté agradeciendo todo lo que he aprendido con él, los progresos que he conseguido, su sinceridad, su generosidad y porqué lo considero mi maestro. Si me conoces, sabrás que soy sincero, que no digo las cosas por decir ni por peloteo, y que de mis palabras o acciones nunca busco un rédito ni un beneficio personal, así que, públicamente de nuevo le doy las gracias por todo a Antonio. Más tarde me comentaron varios compañeros que fue un momento muy especial, y que se nos veía como una especie de orgullo mutuo, el que suele haber entre alumno y maestro, sincero y puro, y les doy la razón porque es la realidad.
Antes de irnos, aún quedaba algo por hacer, la última de las sorpresas, una sesión de fotos improvisada, una especie de “performance” donde mientras Antonio nos iluminaba con uno de sus focos led, cada uno de los mentorizados íbamos improvisando, entre risas, rostros expresivos, situaciones, sentimientos, sabores, olores, y un largo etcétera de escenarios propuestos por Antonio y que fueron fotografiados desde diferentes ángulos por él y Paco. Sin duda tiene Antonio material para una larga serie de retratos expresivos, ojalá algún día nos haga. Nos reímos muchísimo y lo pasamos en grande, haciendo la improvisación y viendo las actuaciones de cada compañero. Me encantó ese momento surrealista, estoy deseando ver si Antonio nos hace un retrato un día, aunque precisamente no salimos muy favorecidos en las fotos, pero las luces, sombras y gestos, no tienen desperdicio.
A lo largo de esta velada de 13 horas, las conté sí, soy así de friky, quedamos a las 10:00h. y nos fuimos a las 23:00h. el número favorito de Antonio, el que le da suerte, el 13, el de su academia, Crea 13… pues eso, soy muy friky, pero es real y no para todas las culturas y creencias significa mala suerte, para nosotros tampoco, para mí, este nuevo grupo de amigos y de artistas simbolizará algo parecido a lo siguiente o un coctel de todos ellos:
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En el Tarot, la carta número 13 es la Muerte. Sin embargo, esta carta no necesariamente representa una muerte literal, sino más bien una transformación o un cambio significativo.
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Simbolismo en las Matemáticas: El número 13 es el séptimo número primo, lo que le confiere propiedades especiales y únicas.
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Para los mayas, el número 13 tenía un significado sagrado y se consideraba de buen augurio. El calendario Tzolk’in, por ejemplo, consta de 13 números y 20 días, formando un ciclo de 260 días.
- Fraternidades y organizaciones secretas: En algunos contextos, el número 13 se asocia con la membresía en ciertos grupos o sociedades, a veces indicando un nivel de élite o conocimiento oculto.
- Astrología y la Luna: En el ámbito astrológico y lunar, el número 13 puede simbolizar un ciclo completo, ya que hay aproximadamente 13 lunas llenas en un año solar.
- Esoterismo y Numerología: El número 13 puede interpretarse como un número kármico, asociado con la transformación y el renacimiento. Al descomponerlo (1 + 3), se obtiene 4, que es un número de estabilidad y estructura.
Día 3, turismo por Sevilla y de vuelta a Murcia
A la mañana siguiente, me despedí de Kristen y Juanjo, llegaron los primeros y se volvieron los primeros, luego, quedé con Guadalupe, Carmen y su pareja, Sebas. Estuvimos viendo el Museo de Bellas Artes de Sevilla, la Plaza de España, el Jardín de María Luisa, el Real Alcázar de Sevilla y la Giralda sorteando el calor que puedes ver en nuestras caras… y llegó el momento de despedirme, ir al aeropuerto y volver a casa con la cabeza llena de ideas, el corazón lleno de alegría y la energía renovada para seguir mejorando mi arte y mi obra.
Conclusiones
Con el deseo de que esta experiencia de reunirnos se repita algún día, y sabiendo que las distancias no existen a día de hoy, seguimos hablando por Whatsapp y hemos quedado en seguir reuniéndonos los mentorizados cada x tiempo para darnos crítica mutua y compartir progresos por videoconferencia.
Espero que este artículo te inspire, seas artista o tengas cualquier otra profesión, puesto que el mensaje que hay detrás es que si tienes un deseo, un sueño, algún proyecto o reto en la vida, poniéndole ilusión, esfuerzo diario y buscando los compañeros de viaje adecuados, puedes conseguirlo, eso sí, por arte de magia, puedes hacer el curso de cómo vender tu arte en internet de Antonio o leer mil libros de venta, que si no lo vas poniendo de forma constante y durante mucho tiempo en práctica, no conseguirás nada, o muy poco.
Gracias por leerme hasta el final, te dejo abajo los enlaces prometidos y el vídeo que grabamos, quizás pronto haga yo uno con todo lo que capturé, ya me dices si lo ves interesante, mientras tanto, ¡que viva el arte!
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